martes, marzo 11, 2008

Mónica Ahumada Arancibia ejemplo de Fortaleza, Espiritualidad y ternura



La labor del Catequista sin duda que es hermosa y recoge frutos a largo plazo, requiere de un inmenso amor por el Señor y su obra y entregar ese amor a nuestro prójimo con la responsabilidad de ser formadores, es el caso de nuestra compañera Catequista Mónica Ahumada Arancibia, de quien deseo hablarles, si les digo que es una madre de Familia, viuda, abuela y catequista, dirán una como tantas otras catequistas, pero en el caso de Mónica encuentro en ella una entrega tan grande al Señor, muchas personas que les ha tocado sufrir como le ha tocado a Mónica reniegan del Señor o simplemente se alejan de El. Mónica ha sufrido la perdida de su esposo, de un hijo, de un sobrino, además el tener que lidiar con una enfermedad a las caderas, pero eso no le ha quitado el ánimo y entusiasmo de seguir trabajando para el Señor, el próximo 29 de Marzo de este año será operada de la cadera, pedimos a todos los que nos leen a orar por ella, para que todo salga bien, ella es Catequista por más de 18 años, de misa diaria, es un ejemplo a seguir, como ella hay varias en nuestra Parroquia, como es el caso de Jacqueline González de Padre Hurtado, quien también carga que una enfermedad, sin embargo su alegría contagia, no puedo dejar de mencionar a Gladys Aguirre tambien de Padre Hurtado, que hasta el año pasado nos acompaño como Catequista y una enfermedad grave la tiene postrada, tal vez mi gran admiración por ellas me ha motivado a escribir estas líneas y a valorar la labor de los Catequistas, que más allá de su entrega como formadores, está su fe y convicción en el Reino de Dios y para eso trabajan. Porque si observamos a nuestro alrededor la cantidad de personas que dudan, que se preguntan sobre el sentido de Dios, de la Iglesia, de su vida, nos daremos cuenta que para responder a éstas y otras preguntas es menester estar mejor preparado. El aconsejar al que lo necesite es una obra de misericordia espiritual, implica dar el consejo recto, usar las palabras correctas y guiar hacia Dios a la persona.

El catequista continúa la obra de Jesús y de los apóstoles, se coloca en línea con los obispos, los sacerdotes y los misioneros; ayuda a la familia que no siempre puede o sabe educar sola a los hijos; ayuda a la patria para formar buenos ciudadanos. Ayuda, sobre todo, a la religión. Ciertamente que el centro de la religión está en la Santa Misa, los sacramentos, las funciones sagradas. ¡Que huellas tan hondas dejan en el alma una primera comunión, el rito del matrimonio, una confesión bien hecha!.
¿Pero que es lo que se recoge en una Primera Comunión, en el rito del matrimonio bien celebrado?. Lo que el catequista ha sembrado antes. ¿Quién va a Misa, a los actos del culto y saca de ellos fruto práctico?. El que ha sido preparado por un catequista serio y bien preparado.
¿Quién se confiesa con acusación sincera de dolor y propósito firme de enmienda?. El que ha tenido un excelente catequista que lo ha instruido acerca de la confesión con ideas, convicciones y buenos hábitos.
San Pío X dijo: "El apostolado del catequista, es el más grande de los apostolados hoy día".
Las dificultades de parte del catequista son sin duda que se siente a veces impreparado, que tiene poco tiempo, que debe someterse a la fatiga de la preparación, que tiene que fatigarse para mantener la disciplina debida, etc. y además el catequista se halla desilusionado por el desaliento, tanto más difícil cuanto ha sido mayor el entusiasmo al empezar. No se ve el fruto inmediato, se encuentran dificultades, se prueban desilusiones, amarguras y a veces se desea dejarlo todo.

Sin embargo las dificultades se superan por amor al Señor y a los niños. Quien tiene entusiasmo insiste, repite y sobre todo procura prepararse debidamente para hacer atrayente la lección, llega a llamar la atención de los niños.

El fruto no puede faltar, y segura es la recompensa del Señor que ha dicho: "Todo cuanto hayáis hecho a uno de estos pequeños, lo habéis hecho a Mí", y estas otras "Los que hayan enseñado la justicia a muchos, brillarán como astros en la eternidad".

Tomando como referente a Mónica Ahumada Arancibia, deseo agradecer al Señor por tener gente como ella y como tantas otras que sirven con amor, incondicionalmente con fortaleza, espiritualidad y ternura a mucha gente.

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