jueves, mayo 01, 2008

Misa de San José Obrero, en recuerdo del Día 01 de Mayo

No hay santo más grande después de la Virgen María que san José. Él no habló. Fue el maestro del silencio. Pero es el santo más grande. Hay una distancia infinita entre san José y todos los otros santos de la Iglesia. Es la mayor santidad que ha habido después de Jesús y María. Está al borde mismo del orden hipostático.

La razón de la santidad sin parangón de San José está en su unión virginal con María. Está en la elección por parte de Dios de quien sería el padre adoptivo de Jesús. Una misión excepcional requiere una gracia excepcional.

San José ilumina una dimensión esencial en la vida cristiana: el trabajo. San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días. José pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la dignidad y de la aplicación en el trabajo. Aquí hablamos de trabajo en sentido amplio: cualquier actividad productiva, que, por lo general, requiere un cierto esfuerzo por parte de quien la realiza: desde responder el correo a leer un artículo cultural que contribuye a la propia formación o charlar con un hijo o con un amigo, tratando de ayudarle.

Para los antiguos el trabajo manual era una tarea inferior. Aristóteles pensaba que «la persona que vive una vida de trabajo manual o de jornalero no puede entregarse a las ocupaciones en que se ejercita la bondad». Por eso decía que «La felicidad perfecta consiste en el ocio». Los filósofos antiguos despreciaron cualquier tipo de trabajo.

La verdadera revalorización del trabajo llegó con el cristianismo. «Si alguno no quiere trabajar—decía rotundamente san Pablo—, que tampoco coma» (2 Tes 3, 10). El trabajo no es una realidad exclusivamente profana. Pablo en 1 Cor 10,31: «Ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios». Cumplir bien con el trabajo es una obligación religiosa. No es válido eso de “los negocios son los negocios”.

Nuestra Comunidad Parroquial, llevó a cabo la Misa, Presidida por nuestro Párroco Padre Mario Erazo en conmemoración de este 01 de Mayo, con la presencia de autoridades comunales y organismos cívicos, que dieron realce a esta magnífica ceremonia.

A continuación les dejo fotografías que grafican este momento.


Aquí Los tre marios, como ellos se denominaron, de izquierda a derecha el Sr. Mario Gamboa, al Centro nuestro Párroco Padre Mario Erazo Flores y al otro extremo el Concejal y Catequista Sr. Mario Nuñez

En esta fotografía aparecen los integrantes del Coro, que este día nos acompañaron en la misa.

Al termino de la misa se brindo un esquinazo, que dieron un marco muy emotivo a toda la ceremonia.





Aquí momentos importantes de la misa y la concurrencia a ella.











Los Jóvenes de Confirmación siempre dispuestos a colaborar, aqui en el grupo de Acogida.









Tambien estuvo presente el Alcalde de Concón Sr. Oscar Sumonte, quien le toco leer la Primera Lectura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ingrid: Muy buenas las fotos, gracias por dejarnos estos recuerdos. Cariños