Jesús resucitado está por encima de todo, su valor sobrepasa el de cualquier persona o acontecimiento anterior o posterior, ni siquiera la muerte es capaz de acabar con él, ni con su mensaje y su vida. Su palabra es la palabra de Dios, su Espíritu es el Espíritu de Dios, sus valores y actitudes son los valores y actitudes del mismo Dios. Creer en Jesús hoy es compartir esta experiencia y esta convicción. Si ponemos a Jesús, su vida y su muerte en segundo lugar frente a cualquier otra cosa negamos su resurrección y con ella su divinidad. Jesús no es un asunto de vida o muerte, sino algo más importante todavía, porque él vale más que la vida y que la muerte. Creer que Jesús ha resucitado, que es Dios, significa reconocer la divinidad, la prioridad absoluta, de todo aquello por lo que él vivió y murió.
Aceptar a Jesús resucitado como nuestro Dios es aceptar cómo Dios nuestro aquél a quien Jesús llamó Padre. Este poder supremo del bien, la verdad y el amor, más fuerte que cualquier otro poder, podemos ahora verlo y reconocerlo en Jesús, tanto en lo que él dijo sobre el Padre como en lo que el mismo fue. Creer en Jesús es saber que el bien puede y tiene que triunfar sobre el mal, lo mismo que Jesús ha triunfado y triunfa sobre la muerte. A pesar del mal del mundo, a pesar de las dificultades que se interponen en nuestra vida, el hombre puede ser y acabará siendo libre como Jesús lo es aún a pesar de la muerte.
Esta parroquia está bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes. Tenemos varias comunidades que componen esta parroquia: Santa Teresa de los Andes (Higuerillas), Nuestra Señora de los Apóstoles (Bosques de Montemar), San Alberto Hurtado (Las Gaviotas), Beata Laura Vicuña (Villa Concón), Santa Rosa (Colmo y Villa Independencia), Nuestra Señora del Rosario (Tabolango), San Francisco (Mantagua), Santa Luisa (Santa Luisa)
martes, abril 10, 2007
Jesús Venció la Muerte
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