viernes, agosto 17, 2007

Recordemos al Padre Alberto Hurtado y su legado a la Humanidad

Una visita de Dios a Chile


Cuando el P. Hurtado se pregunta “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, está revelando el secreto del camino de santidad, de su “ser contemplativo en la acción”. Esa es la regla de oro que conduce su vida. No se trata de imitar mecánicamente lo que hizo Jesús... sino de tener la capacidad de discernir qué haría Él hoy.


Alberto Hurtado (1901-1952)

Fundador del Hogar de Cristo

"Dar hasta que duela". Quizás esta frase define mejor que nada al Padre Hurtado, uno de los personajes más apasionantes de la Iglesia Católica contemporánea en Chile y en el mundo. Su profunda fe, su personalidad envolvente y atractiva, su capacidad de captar el cambio ideológico y cultural del tiempo que le tocó vivir y la vehemencia con la que desempeñó un sinnúmero de ocupaciones a lo largo de su corta vida, hacen de él una figura única.


Hacia 1941, Alberto Hurtado fue nombrado Asesor Arquidiocesano de la Juventud Católica. Las especiales características de su personalidad hicieron de él un influyente modelo para los jóvenes de la época, a quienes dirigió diversas obras entre las que se cuentan: Mensaje a los Jóvenes e Influencia de los Medios de Comunicación en la Juventud. Fue fundador y primer director de la revista Mensaje.

Otra de sus preocupaciones fue la condición de vida de los obreros. Insistentemente, el Padre Hurtado abogó por la sindicalización de los trabajadores como medio principal de mejorar su calidad de vida, de superar las desigualdades y de implantar un orden social cristiano. Con esta finalidad fundó la Asociación Sindical Chilena (ASICH). Todo ello, unido a su pertinaz crítica al modo de vida de la clase alta chilena, le valió la antipatía de personas influyentes que, acusándolo de tener "ideas avanzadas en el plano social", lograron que presentara su renuncia al cargo de asesor de la Juventud Chilena.

Junto con los jóvenes y los obreros, su causa se dirigió al extremo más duro de la pobreza: la indigencia. El mismo repetía: "Acabar con la miseria es imposible, pero luchar contra ella, es deber sagrado". Aún hoy muchos recuerdan la figura del Padre Hurtado recorriendo las calles con su camioneta verde, recogiendo niños, adultos y ancianos indigentes. Fue esta labor la que dio origen al Hogar de Cristo, consistente en hospederías y hogares de niños y ancianos que están en todo el país, y que constituyen la obra que mayor renombre ha dado al Padre Alberto Hurtado y uno de los principales hitos en su biografía. Su temprana muerte en 1952 producto de un cáncer, provocó la pesadumbre de muchos chilenos que hasta hoy recuerdan su vida y obra con cariño y devoción.

El 16 de octubre de 1994, tuvo lugar un evento largamente esperado por todos los seguidores del Padre Hurtado; fue beatificado por el Papa Juan Pablo II. El 23 de octubre del 2005 el Papa Benedicto XVI canonizó al Padre Alberto Hurtado, es decir, fue declarado santo de la Iglesia Católica.


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